Dos pétalos de mi rosa,
han caído este día.
Mi color fallece y
mi tallo se adormece.
Lentamente muero y
caigo en letanía.
Ya mi terciopelo no retiene
el rocío de tus besos.
Ya no hay miel en mis entrañas, no hay hechizo en mi mañanas.
De aquel aroma y color, no queda nada. Nada de lo que le apasionaba.
Y fui yo, quien le acobijó como huérfano de amor, cuando estaba tan vacio. Siempre lejano pero mío.
Jardinero confundido.
Agracié su vida, perfumé su mano y lo amaré por siempre; eternamente.
No bastó la pasión.
Nada logró mi amor.
Y me toca partir con mi mirada triste al cielo como quien busca piedad a mi quebranto.
A nadie le importa que fallezcan las flores.
Nadie le escribe una oración a las rosas.
¡Ay de mi!
¿Quien intercede?
¿ Acaso mi creador me escuchará?
Que tristeza la que siento...
...y una a una va cayendo,
mis pétalos de terciopelo.
Aquellas que sentían su suave aliento.
Desolada y con miedo voy quedando.
Ya las otras han marchado.
¡Señor de las rosas pósame en tu mano para aliviar su herida y renovarme en tu manto!
Porque mi jardinero me ha olvidado ha ignorado mi quebranto.
12/12/08
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