Me coges de la mano y apresurados
pasos directo a la habitación.
No pregunta mi nombre.
No importa en esta ocasión.
No vale latidos ni sentimiento
ni el corazón.
Sólo un gemido le bastaría
para su apremiación.
Y yo sin dudar...detengo su andar.
No me lo merezco para empezar.
Llévate de la mano a quien quieras lastimar.
Yo esta vez, no quiero jugar.
30marzo2009